Entonces ellos cierran los ojos
tan lisos y babosos
y regresan al hogar
como tú y como yo,
la alegría no les cabe en esos cuerpecitos largos
salen corriendo
flotan sobre nosotros
se acurrucan
se sientan
se mueven z
se besan
y vuelven a ser grandiosos
gladiadores futuristas
futbolistas prodigiosos
cantantes que llenan estadios
pintores que pintan bien
Una pestaña salía volando de un párpado
y esa pestaña
la más corta de todas
terminaba cayendo encima de un trozo de pasto
era verde
era sintético
el sitio más suave del mundo.
El pasto le daba la bienvenida a la pestaña
y le decía al oído
bueno, no al oído
porque las pestañas no tienen oídos
pero le decía
acá encontrarás un hogar
el más lindo de todos
¿sabes por qué?
porque somos donde se acuestan los soñadores
las chicas enamoradas
los chicos enamorados
los artistas que creen en la magia
todos saben que acá
entre tú y yo
entre las estrellas y la tierra
podemos volver a vivir.
Entonces ellos cierran los ojos
tan lisos y babosos
y regresan al hogar
como tú y como yo,
la alegría no les cabe en esos cuerpecitos largos
salen corriendo
flotan sobre nosotros
ATRÁS
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MONSTRUO DE OJOS AZULES
gotas de agua o gotas de sangre. Frankenstein tenía de ambas. Siempre las tuvo. Con una rama clavada en la parte más babosa de la panza, gota a gota, se iba formando un charco sobre sus pies sucios. -he sido un idiota- se decía a sí mismo. Mirar para el piso siempre, aún cuando dentro de un árbol grueso empiecen a aparecer animales escurridizos que me miran como si fuera un trozo de nuez. Mientras trata de sacar la rama empieza a llorar, porque quizás si llora lo suficiente alguien lo encuentre, y ya no tenga que comer bayas congeladas. Llora ahora, aún más triste, porque se da cuenta que esas gotas espesas y rojizas le calientan los pies tiesos de frío.